martes, 1 de marzo de 2011

DORMITORIO II

 Mi vecina, además de oler muy bien, tiene una nuca cuasi perfecta. Mierda de nucas, me hipnotizan y pierdo la razón totalmente. En estas profundas reflexiones estoy sumido cuando me saca de ellas el timbre de la puerta. La posibilidad de desahucio ya no que quita el sueño, creo que es un invento de las pelis de Hollywood, de los filmes, asique no hay candidatos para encontrar detrás de la puerta.
Me pongo mi bata de flores japonesas, q me llega por encima de la rodilla y es claramente afeminada. Regalo de un amigo que hace tiempo q no veo. Hay cigarrillos en el bolsillo de la bata. Ahora solo necesito un mechero.
Vuelve a sonar el timbre. A ver si me centro. Aparece el mechero en la ruta que he trazado hacia la puerta y sin detenerme lo cojo y enciendo el cigarrillo, si, si, del tirón.
Cuando abro con decisión y un pitillo en la boca me encuentro con la nuca más bonita de todas, la que dejo de quererme. Como lo oyes.
La nuca más guapa de todas se ha cortado el pelo y es todavía más atractiva. Eso pasa siempre o lo mismo es que pasa también las películas americanas. Norteamericanas, claro. No lo sé muy bien y mi estado de recién levantado de la cama no me sirve para aclararlo. Se para, se gira y me mira, una serie de acciones demoledoras para mí.
-          Hola. ¿Qué tal?
Estoy en estado de shock. ¿Qué está pasando? ¿Por qué está en mi puerta? ¿Por qué no quiero que sepa que hay alguien en mi dormitorio? ¿Por qué cojones es tan guapa?
-          Bien me he mudado aquí…- a veces soy brillante
-          Me gusta la bata – dice sonriendo
-          Ya… ¿Qué es lo que quieres?
-          Me han dicho donde vivías y he pensado hacerte una visita
-          ¿Te lo han dicho o lo has preguntado? Te sabias hasta el piso…- ¡¡¡El puto amo de darle la vuelta a la tortilla!!! Comienzo a tener el control.
-          Bueno…he preguntado…quería saber cómo te iba. ¿No me vas a invitar a pasar?
-          No. Un poco más abajo hay un bar q ponen desayunos. Tardo diez minutos.
-          Vale…- pero ya he cerrado la puerta, a lo Flash Gordon, que yo no olvido.
Vuelvo a mi dormitorio donde me encuentro con una bonita nuca dormida. Respira profunda y tranquilamente, ajena a mi bata y mi cigarrillo y por supuesto ajena a esa otra nuca q baja por las escaleras hacia unas tostadas y un zumo. La miró unos instantes, mirada reflexiva creo que se llama. Por fin me visto con mis vaqueros y una camiseta que parece q la he usado para dormir, pero no, aunque mi madre no me crea nunca. Gafas de sol, tabaco y llaves.
Sigo la misma ruta hacia la puerta que antes, cuando era más feliz, y cuando ya casi he llegado esa mirada reflexiva hace efecto y me doy la vuelta en busca de un papel y un bolígrafo. Escribo rápido y bien, aunque la caligrafía no es muy buena. La dejo en mi sitio de la cama, sobre la almohada y salgo decidido de casa. Muy decidido. Y con las gafas de sol ya puestas.